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PADRE VICENTE

 

El padre Vicente llegó hace más de una década para hacerse cargo de Nuestra Señora de la Concepción, una parroquia con un jardín anexo en el cual se suelen celebrar bautizos, comuniones y bodas, aunque es apto para cualquier menester relacionado con la labor del párroco.
De mente algo cerrada, es, sin embargo, capaz de comprender las razones de otros, sus creencias o la ausencia de ellas, por lo que la gente no duda en tener un buen trato con él, algo a lo que el mismo cura contribuye de buena gana. Es así como, no sin polémica, comenzó a realizar debates cada último domingo de mes en los que se hablaba de todo en general, aunque muchas veces centrado en temas religiosos, dando pie a que la gente se expresase y razonase, logrando conseguir con esta fórmula que más de uno se reenganchase a ir a la Casa del Señor. Consiguió de esa manera ser conocido como el "sacerdote de los debates", donde él los presidía haciendo en ocasiones más de mediador que de interlocutor.
A pesar de que un gran porcentaje de personas del municipio no acude a la Iglesia, es conocido por prácticamente la totalidad de los habitantes, al menos de vista, y la mayoría ha podido conversar con él de forma cordial y amena, llegando incluso a pedirle consejos gente que no cree.
De carácter alegre y casi siempre de buen humor, el padre Vicente es un hombre que se muestra siempre dispuesto a ayudar, expresando ese ofrecimiento a través de su rostro relajado y bonachón, con lo que consigue empatizar con casi todo el mundo, incluso aquellas personas demasiado correosas con las que se suele encontrar en el debate, principalmente.

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