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SANTOS, JOSÉ

 

El abuelo de Daniel y Jonás, padre del padre de los menores, es un despreocupado jubilado que dedicó su vida a viajar por el mundo para fotografiar todo lo que ansiaba su liberada mente fuera de prejuicios. Trabajó durante gran parte de su vida laboral en una organización internacional dedicada al estudio y conservación de los entornos naturales del planeta, aunque también tuvo tiempo de realizar fotografías mucho menos agradables.

Casado con la tercera mujer que se cruzó sentimentalemnte en su vida, madre de su hijo José, en la actualidad es viudo y sin intención de buscar a una mujer que le acompañe lo que le resta de vida, aunque tampoco es que sea algo que necesite.

Es, por lo general, bastante agradable y dialogante, por lo que dificilmente nadie discute con él ni él discute con nadie. Siempre tuvo la convicción de que una buena relación con las personas, respeto y tolerancia eran base fundamental de la sociedad civilizada, por lo que no era de extrañar que, viendo a veces lo que vio, y teniendo que fotografiar cierto tipo de cosas, se le revolviese el estómago ante flagrantes injusticias perpetradas por humanos hacia otros humanos, aunque no lo pasaba mucho mejor cuando veía lo que los humanos hacían con no pocas especies de animales.

Al igual que su nieto, no es creyente de nada hasta que la ciencia lo demuestra y hay evidencia de ello.